Entre las diversas problemáticas que enfrentan las personas, destacan la falta de acceso adecuado al agua, condiciones de alojamiento precarias y baños antihigiénicos, además de la extensa jornada laboral de más de 10 horas al día. También, se evidencia que el salario promedio es de 347 mil pesos y que la mayoría carece de un contrato laboral.
La antropóloga social de Ruralidades Críticas, Stephanie González, con el apoyo de Fundación Libera realizaron la encuesta Condiciones del Trabajo Agrícola, temporada de la cosecha 2022 – 2023.
El objetivo de esta investigación fue recopilar información general sobre las condiciones laborales de las personas temporeras, tanto mujeres como hombres. A través de este estudio, se buscó poner de relieve las irregularidades y violaciones a las que están expuestas, así como problematizar el funcionamiento del trabajo de cosecha en su conjunto.
El público objetivo fueron tanto las temporeras como los temporeros. Para alcanzarlos, se implementó una estrategia de difusión que abarcó los meses de diciembre de 2022 a febrero de 2023, utilizando diferentes plataformas como redes sociales (Facebook, Instagram y Whatsapp), así como también se llevaron a cabo encuestas presenciales. En total, se logró encuestar a 205 personas.
La encuesta constó de un total de 18 preguntas, que incluyeron tanto preguntas de respuesta cerrada como abierta. La última pregunta abierta se diseñó con el objetivo de recopilar apreciaciones y opiniones personales sobre las irregularidades y vulneraciones experimentadas.
Se llevó a cabo un análisis mixto que combinó tanto un enfoque cuantitativo, utilizando técnicas de estadística descriptiva, como un enfoque cualitativo, mediante el análisis de discurso. Para lograr esto, los datos obtenidos se sometieron a dos procesos: por un lado, se codificaron, y por otro lado, se sistematizaron utilizando indicadores y categorías de análisis previamente establecidas.
Caracterización de personas trabajadoras
Para obtener una caracterización general de las personas trabajadoras que respondieron la encuesta, los datos fueron analizados considerando indicadores de género, participación en otros trabajos, distribución geográfica y trayectoria laboral. Esto permitió obtener una visión más completa y contextualizada de la situación de las personas trabajadoras.
La mayoría de las personas encuestadas se identificaron con el género femenino, lo que confirma el predominio actual de mujeres en el trabajo agrícola. Este resultado evidencia la importancia y el papel significativo que desempeñan las mujeres en este ámbito laboral.
Las personas encuestadas afirmaron que, además de desempeñarse como cosecheros o cosecheras, también han trabajado en otras labores agrícolas en diferentes épocas del año. Entre estas labores, el trabajo en el packing fue mencionado con mayor frecuencia. Esto indica que existe una diversidad de tareas agrícolas en las que las personas encuestadas han estado involucradas, lo cual refleja la versatilidad y la experiencia adquirida en el sector.
Se observa la presencia de personas trabajadoras provenientes de 11 de las 16 regiones del país. La sexta región destaca como la de mayor representación, siendo el origen de la mayoría de las personas encuestadas. Además, se evidencia que la mayoría se concentra en las regiones sexta y séptima, lo cual representa un 53.3% del total. Estos resultados revelan una importante concentración de personas trabajadoras en estas dos regiones, lo que refleja la relevancia de dichas áreas en el ámbito agrícola.
Destaca del análisis de datos que un significativo 31.7% de las cuentan con una trayectoria laboral superior a diez años. Este hallazgo revela la experiencia y la dedicación de un considerable número de personas trabajadoras en el sector agrícola, lo que demuestra su compromiso y conocimiento acumulado a lo largo del tiempo.
La mayoría de las personas trabajadoras afirma tener una trayectoria laboral de uno a cinco años. No obstante, resultan igualmente interesantes los datos que revelan trayectorias más largas en el sector. Por ejemplo, un 19.6% de las personas encuestadas mencionan trabajar como temporero/a durante más de veinte años. Estos resultados evidencian la presencia de personas trabajadoras con una experiencia considerable y un compromiso duradero en el ámbito agrícola, lo cual destaca la importancia de reconocer y valorar su dedicación y conocimientos adquiridos a lo largo de su trayectoria.
En general, los resultados de la muestra sugieren la presencia significativa de personas trabajadoras temporeras con trayectorias laborales más extensas de lo que se suele creer. A partir de esto, se puede inferir que un número considerable de la fuerza laboral en el sector agrícola está compuesto por adultos mayores de 40 años. Este hallazgo destaca la importancia de reconocer y valorar la contribución y experiencia de este grupo demográfico en el mundo agrícola, desmitificando la idea de que la mano de obra temporal se limita a personas más jóvenes.
Condiciones contractuales y materiales de trabajo
Con el fin de describir las condiciones laborales a las que se ven expuestas las personas trabajadoras temporeras, se identificaron diversas características tanto de las condiciones contractuales como de las condiciones materiales en las que desempeñan sus labores. Los datos se agruparon según los siguientes aspectos: contratos laborales, horarios de trabajo, transporte, alojamiento, alimentación, disponibilidad de agua, baños e implementos de trabajo. Estas categorías nos permitieron analizar de manera integral las condiciones en las que ellas realizan su labor agrícola y comprender los desafíos y problemas a los que se enfrentan en su entorno de trabajo.
Un importante 58.9% de las personas encuestadas afirma que en la mayoría de las ocasiones no cuentan con un contrato laboral formal. No obstante, es relevante destacar que aunque no haya un contrato escrito, aún se establecen condiciones contractuales a través de acuerdos verbales o “tratos de palabra”. Esto indica que, a pesar de la falta de documentación formal, existe cierta negociación y consenso sobre las condiciones laborales entre las personas trabajadoras y los empleadores.
“Irregulares, usureros, truchos y falsos”.
De existir, los contratos se presentan con una gran diversidad de formas y condiciones, las que
dependen además, del campo, el contratista, la fruta que se cosecha y la nacionalidad.
Se coincide también, que los empleadores no dan garantías de seguridad social para las personas trabajadoras, ya que, no se pagan imposiciones, cotizaciones ni finiquitos.
Horarios laborales
Solo un 7,3% de las personas encuestadas, equivalente a 14 respuestas, afirman que trabajan menos de ocho horas diarias. En general, se puede inferir que un 86,8% sostiene que su jornada laboral supera las ocho horas diarias. Estos resultados sugieren de manera generalizada que existe un abuso en cuanto a la cantidad de horas trabajadas, sin respetar los horarios de salida y sin recibir pago por las horas extras realizadas. Este panorama revela una situación preocupante en términos de cumplimiento de horarios y respeto a los derechos laborales en relación a las horas de trabajo.
El 36,3 % afirma no tener tiempos de descanso.
A pesar de que los horarios laborales ya son extensos, es común realizar horas extras, quedándose en ocasiones trabajando después del horario establecido con el objetivo de ganar un poco más de dinero. Un testimonio ejemplar que refleja esta situación es el siguiente:
“Las señoras más experimentadas sacan relativamente buenas lucas, pero porque se explotan mucho e
incluso se quedan más del horario trabajando”.
Transporte
La mayoría de las personas encuestadas afirman transportarse en furgones o buses a sus lugares de trabajo. Ambos transportes, son puestos a disposición por los contratistas, y forman parte del trato.
Respecto a estos transportes, afirman que “muchas veces son denigrantes”, “de mala calidad”, y con condiciones de hacinamiento. Otros elementos a considerar en los transportes son los tiempos de traslado y su nula seguridad.
Agua
Entre los relatos se coincide de manera mayoritaria en que esta condición básica de trabajo no se encuentra cubierta por los fundos, y corre por cuenta de las personas trabajadoras. Mientras que, cuando se encuentra disponible, “es poca e insuficiente”, “no la llevan a tiempo”, o “no es fresca ni potable”.
Aún cuando la mayoría afirma recibir algún tipo de implemento de trabajo representado con un 48, 8%). En general, los implementos que les proporcionan varían según la cosecha que realicen, y por lo general, se les entrega algún tipo de vestuario, recipientes y escaleras.
“No existe una preocupación por la salud de los trabajadores”.
“No existe ningún tipo de seguridad ante el trabajo”.
Alojamiento
Entre las personas trabajadoras temporeras, se le denomina “campamentos” a los espacios donde alojan, y se coincide en que sus condiciones son:
Precarias, denigrantes, sucias, indignantes, de hacinamiento y poco seguras
Las construcciones de estos alojamientos pueden ser galpones habilitados como dormitorios o casas superpobladas. Pero cualquiera sea el caso, las condiciones mínimas de higiene suelen no estar cubiertas; por ejemplo:
“Las condiciones que dan algunos contratistas son muy precarias dando algunas incluso asco. Imagina en una casa donde tienen viviendo a 15 personas y con un sólo baño”.
Alimentación
Cuando el alojamiento está “cubierto” como parte de las condiciones contractuales, en algunos casos este también viene con alimentación diaria. Sin embargo, se coincide en que la cantidad acordada o no es la adecuada para el desgaste que implica el trabajo, o su calidad no es del gusto de lxs trabajadores, ya que según sus propias palabras:
“La comida es una mugre y poca”.
Un 47% manifiesta que durante la jornada laboral no se les entrega alimentación —aún cuando se trabaje más de 8 horas seguidas— y, por lo tanto, esta debe ser llevada por las personas trabajadoras. Además, las infraestructuras que los fundos disponen para comer son denigrantes o, simplemente, no existen.
Baños
Es necesario detenernos en sus condiciones higiénicas, y su real disponibilidad. Surgen frases como: “los baños están en mal estado”, “los baños son sucios”, “hay poca preocupación por el aseo”, y existen “malas condiciones sanitarias”. Además, hay que considerar que los lugares donde se instalan, suelen encontrarse lejos de las hileras donde se trabaja. Se coincide también, que aún cuando hayan baños a disposición, no son suficientes para la cantidad de personas trabajadoras. Por ejemplo, tener a disposición dos baños químicos para 100 personas.
“Cuando la inspección del trabajo iba a supervisar, ellos ponían baños químicos. Pero cuando no, se tenía que hacer en pleno potrero”.
Precios y pagos
Van a existir diferencias en los precios dependiendo de si trabajas directamente con el fundo o por medio de un contratista. En algunos campos los sueldos están condicionados a metas de producción.
Existen tres modalidades de pago: mensual, semanal, o diario. Existen dos formas de monetizar el sueldo: a partir de un precio fijo al día, o “a trato”, que implica que se pague según kilo cosechado.
La forma de trabajo “a trato” es la más generalizada (sobre todo en época de cosecha) y, a su vez, permite que los dueños y dueñas de los fundos puedan monopolizar los precios de los pagos.
“Las ganancias que tienen los fundos son absurdamente no equiparables con el pago hacia las
cosecheras y cosecheros. Los sueldos son miserables por kilo de fruta cosechada y a costa de mucho sacrificio”.
Las personas encuestadas mencionan como una de las mayores “injusticia de base” en el trabajo agrícola, sus bajos y malos pagos. También es relevante mencionar que en algunos casos: “existen
diferentes de sueldo entre hombres y mujeres “y “los pagos son impuntuales e inseguros” .
Contratista
La utilización de la figura de contratista —como captador/a y facilitador/a de mano de obra—, es una práctica muy recurrente desde hace unas décadas, y se sigue intensificando con el paso del tiempo. Siendo este, el mediador de los fundos, y el jefe máximo de las personas trabajadoras.
Se afirma que:
“Las condiciones que dan algunos contratistas son muy precarias, algunas dan asco”, Realmente las personas más favorecidas con el trabajo temporero son ellas, quienes “muchas veces se pasan por alto las leyes laborales con fin de tener un beneficio económico”. O simplemente en ocasiones “se roban el sueldo o huyen con el dinero”.
Se puede inferir entonces que un 80% de los trabajadores y trabajadoras por lo menos una vez, ha trabajado con contratistas.
“Los contratistas abusan de las personas, te maltratan, te humillan”.
Fenómeno migratorio
El fenómeno migratorio —que además no está regulado ni resguardado a nivel país— está permitiendo
que las personas contratistas y dueñas saquen provecho económico sin escrúpulos, reduciendo sus gastos y sólo aumentando sus ganancias.
“Hoy en día los fundos prefieren contratistas, y los contratistas prefieren gente ilegal”
“Hoy en día la gran masa trabajadora corresponde a extranjeros que venden su trabajo por menos dinero que los chilenos. Al final los únicos que ganan con esta situación son los dueños de los fundo y los contratistas, quienes prefieren a los bolivianos, porque les pagan menos y los explotan más”.
(Gráfico)
“Existen otros grupos de inmigrantes como bolivianos y haitianos que los mantienen viviendo en condiciones precarias y los trasladan únicamente para cosechar en distintos fundos sin contrato ni condiciones”.
Jefes y jefas: tipos de tratos y abusos de poder
En general se coincide en que los tratos —sobre todo en terreno— por parte de lxs jefxs son “violentos”, “discriminatorios”, “racistas”, “clasistas”, “déspotas” e “indignos”. Además, parece ser recurrente que
amenacen a sus trabajadores.
En el caso de las mujeres: ¿Han sufrido malos tratos por parte de sus superiores?
Particularmente, sobre el trato hacia las mujeres, se comenta que “a las mujeres no las dejen ir a trabajar los domingos, como castigo porque faltaron un día en la semana o las amenazan con despedir si no haces las horas extras.
“La mujer temporera es la más sacrificada, humillada y pisoteada”.
“Hostigamiento”
“Persecución laboral”
“Acoso laboral y abuso verbal”
(Gráfico)
Ausencia del Estado: complicidad ante las vulneraciones
Ante el alarmante escenario de trabajo, parece fundamental mencionar algunos relatos de lxs trabajadores sobre la ausencia o ineficiencia estatal. No logrando cumplir su rol de garante de
derechos.
Pareciera ser común, que en los campos la inspección del trabajo no se haga presente, algunas personas trabajadoras comentan que:
“No hay nada regularizado. Y el patrón sigue imponiendo sus órdenes”.
“Existe cero cumplimiento de las leyes laborales”.
“No se respeta ningún derecho laboral”.
“Debería haber más fiscalización, pero como son empresas grandes hacen lo que quieren”.
“Los temporeros no tienen protección de nadie”.